El 8 de enero de 1932, Robustiano Hevia aparece aún como “secretario” de la Agrupación Socialista de Olloniego en un breve publicado por el periódico Avance convocando a los afiliadosa un acto organizativo interno de esta sociedad. Tano tardaría muy poco en convertirse en presidente de la Juventud Socialista, que había sido fundada en Olloniego poco antes: durante el año 1930
No obstante, hay que decir que la conciencia política de la clase obrera en esta zona de Asturias era ya importante desde hacía más de una década. Entre 1908 y 1910 Olloniego había experimentado cierto desarrollo industrial y económico, aún tímido, debido al creciente número de obreros de este pueblo empleados en la Fábrica de Mieres (fundada en 1848), Así mismo, muchas mujeres de Olloniego ganaban algún dinero lavando la ropa de los “señores” de Oviedo. Estas empezaron siendo las únicas alternativas laborales a una economia -hasta entonces- eminentemente agraria. El crecimiento de población provocó que a mediados de la década se formulasen algunas quejas al Municipio de Oviedo solicitando la urbanización y saneamiento de algunos barrios de Olloniego.
Desde al año 1917 en que se inició la explotación de este coto minero la situación cambió casi por completo, aumentando en más del doble el número de habitantes de esta localidad asturiana. Así, a finales de 1933 el número de trabajadores ocupados en las minas de Olloniego -entonces explotadas por la empresa Quintana y Bertrand- ascendía a 700. Sin embargo, las infraestructuras siguieron abandonadas por parte del gobierno de la República. Es común por estos años leer en la prensa regional las continuas quejas de la Juventud Socialista respecto a necesidades tan graves y urgentes como el alcantarillado del valle de Fumea, la construcción de una carretera entre Olloniego y el vecino pueblo de La Mortera -núcleo de una activísima Agrupación socialista- o la solución a varias muertes infantiles a consecuencia de pasar la única carretera entre Oviedo y León justo por el centro del pueblo y en frente de la escuela local. A denunciar estos dos últimos problemas ante las autoridades dedicó, precisamente, Robustiano Hevia varios artículos en el periódico Avance.
Al mismo tiempo, a la consolidación de una clase obrera concienciada en Olloniego y sus contornos contribuyó la existencia de una importante sociedad cultural (“la Cultural”) muy activa, fundada con inagotable entusiasmo en 1927 por un grupo de jóvenes de la zona entre los que se encontraba Tano. Desde su creación, la Cultural de Olloniego organizó multitud de actividades (conferencias, “cafés literarios”, representaciones musicales y teatrales, etc., muchas de ellas en el céntrico Salón Iberia) y puso a disposición del pueblo una nutrida biblioteca de setecientos volúmenes comprados uno a uno no sin gran sacrificio económico. Esta sociedad Cultural fue el origen de otra activísima fundada a mediados de 1933 por la Juventud Socialista de Olloniego y llamada “Emancipación clasista”, ya plenamente politizada, que dirigió el propio Robustiano Hevia hasta el estallido de la Revolución en octubre de 1934. Sobre ella puede leerse en este blog el artículo correspondiente.
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